dimarts, 5 de juny del 2012

Algo de la historia de Berlín


 
Algo de la historia de Berlín
Echo por Raúl
En 1945, al término de la segunda Guerra Mundial, los vencedores de Alemania (Estados Unidos, la entonces Unión Soviética, Inglaterra) ocuparon y dividieron, para su control, el territorio alemán. Esta división fue una consecuencia directa del conflicto armado entre los poderosos del mundo: ninguno de los vencedores quería que el antiguo régimen fascista volviera a adquirir poder.

Berlín, la capital, también fue dividida. La división física de la ciudad se consumó en
agosto de 1961 con la construcción de un muro comunista de separación, motivada por el hecho de que el régimen de la República Federal Alemana no podía frenar de otra manera la creciente corriente de fugitivos que querían desplazarse al otro lado de Berlín. Desde 1961 hasta 1989 Alemania estuvo separada. Lo difícil de esta creación de fronteras en un mismo país fue que mucha gente, en un corto periodo, tuvo que separarse de sus familias.
Con la construcción del Muro de Berlín, surgieron dos países. En el oeste (República Federal de Alemania) y en el este (República Democrática Alemana), existían sistemas de gobierno, ordenamientos económicos, ejércitos y compromisos de alianzas diferentes.
En la década de los ochenta, la Unión Soviética expresó al mundo el comienzo de sus reformas al régimen socialista, con el canciller soviético Mijail Gorvachev. Ese fue el inicio de una ola de protestas, de movimientos sociales que acabaron por transformar el bloque socialista, hasta casi desaparecerlo. Entre los países que protestaron en contra de su sistema de gobierno, y en contra de la división, estuvo la República Democrática Alemana. En 1989, bajo la presión del mundo, el gobierno aceptó la apertura de fronteras y el derrumbamiento del Muro.
La República de Berlín Capital y Metrópoli Cultural
Ayer capital de Prusia y metrópoli cultural de los años veinte, hoy nueva capital con nuevo rostro: Berlín vuelve a estar en pleno auge. Se siente palpitar la vida en las avenidas, en los mercados de arte y en los mercadillos, en 300 establecimientos de moda y en sus 7.000 bares y restaurantes, abiertos a todas horas. El visitante puede escoger entre tres óperas, dos salas de conciertos y 35 teatros; además: variedades, musicales y revistas. El amante del arte puede encontrar además objetos fuera de lo común, desde Nefertiti a Beuys, en sus 170 museos
La ciudad como una exposición; en Berlín encontrará los edificios más importantes de nuestro tiempo. En donde antes había cimientos, los cuales han dado imagen a la ciudad durante años, ha surgido nuevos barrios.
Potsdamer Platz se ha convertido en una zona urbana de rascacielos situada en el centro de la que antaño fue "tierra de nadie". Desde la terraza en el último piso del rascacielos Kollhoff podrá disfrutar de una vista espectacular del recinto DaimlerChrysler y del complejo Sony con su singular techo futurista.

En la capital se han asentado las nuevas embajadas y ministerios, aunque la mayor atracción para los visitantes de nuestra ciudad es el Reichstag con su cúpula abierta al público. Dicha cúpula no es únicamente el símbolo de la ciudad sino que su transparencia denota igualmente la República de Berlín.




 


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